En este momento estás viendo Francisco: “la verdadera paz se siembra en el corazón”

Francisco: “la verdadera paz se siembra en el corazón”

El papa Francisco afirmó hoy, durante la homilía de hoy en la misa en la Casa de Santa Marta, que no podemos «ser cristianos» si somos «sembradores de guerra» en la familia, en nuestros vecindarios, en el lugar de trabajo.

«El Señor nos da el Espíritu Santo para permanecer en El y que nos enseñe a amar, simplemente, sin hacer la guerra a los otros».

«Destruir al otro, ensuciar al otro.

Y esto no es amor, esta no es la paz segura que pedimos en la oración.

Cuando hacemos eso no está el Espíritu Santo.

Y esto nos sucede a cada uno de nosotros, a cada uno.

Inmediatamente viene la reacción de condenar al otro.

Sea un laico, una laica, un sacerdote, una religiosa, un obispo, un papa, todos, todos.

Es la tentación del diablo hacer la guerra», señaló el papa.

«Cuando hablamos de paz inmediatamente pensamos en las guerras, que en el mundo no existan guerras, que haya paz segura.

Es la imagen que nos viene siempre: paz y no guerras, pero siempre afuera: en aquel país, en aquella situación.

También en estos días que ha habido tantos fuegos encendidos de guerra.

La mente va inmediatamente allí cuando hablamos de paz: ‘Que el Señor nos dé la paz’.

Y eso está bien.

Tenemos que rezar por la paz en el mundo, siempre debemos tener delante de nosotros este don de Dios que es la paz y pedirlo para todos», resaltó.

Francisco al mismo tiempo instó a preguntarse cómo va la paz «en casa», si nuestros corazones están «en paz» o «ansiosos», siempre «en guerra, en tensión por tener algo más, para dominar, para hacerse escuchar».

La «paz del pueblo» o de un país, explicó, «se siembra en el corazón»: «Si no tenemos paz en el corazón, ¨cómo pensamos, pedimos, que habrá paz en el mundo»? Sin embargo «habitualmente» no lo pensamos.

«Donde está el Señor hay paz.

El es quien hace la paz, es el Espíritu Santo que envía para hacer las paces dentro de nosotros.

Si permanecemos en el Señor, nuestro corazón estará en paz; y si habitualmente permanecemos en el Señor cuando cometemos un pecado o un defecto, será el Espíritu quien nos hará saber este error, este desliz.

Permanecer en el Señor».

¨Y cómo permanecemos en el Señor? Dice el Apóstol: «Si nos amamos unos a los otros.

Es esta la pregunta, este es el secreto de la paz», dijo.

Francisco habló de amor «verdadero», no aquel de las «telenovelas», de «espectáculo», sino de aquel que nos empuja a hablar «bien» de los demás: de lo contrario, «si no puedo hablar bien, cierro la boca», no digo y no digo «cosas malas».

Porque «gritar y desollar a otros» es «guerra».

El amor, observó, «se hace ver en las pequeñas cosas», porque «si hay guerra en mi corazón habrá guerra en mi familia, habrá guerra en mi vecindario y habrá guerra en lugar del trabajo».

Los «celos», las envidias, las charlas -prosiguió- nos llevan a hacer la guerra el uno con el otro, «destruyen», son como «suciedades».

La invitación del Papa es una vez más a reflexionar sobre cuántas veces hablamos «con espíritu de paz» y cuántas «con espíritu de guerra», cuántas veces podemos decir: «cada uno tiene sus pecados, miro la mía y los demás tendrán las suyas», así para cerrar «la boca».

Agencia del Plata

Somos el mejor equipo de noticias.