Fuerte apoyo a Cristina en el Encuentro Plurinacional
La expresidenta de la Nación, Cristina Kirchner, envió un audio desde su prisión domiciliaria en el barrio porteño de Constitución al 38° Encuentro Plurinacional de Mujeres, que este fin de semana reúne a miles de personas en la ciudad de Corrientes y participó así de la actividad denominada «Plaza Cristina Libre».

«Que yo esté privada de mi libertad y proscripta es la metáfora perfecta y disciplinadora de una Argentina a la que le están liquidando sus posibilidades de desarrollo y crecimiento económico», remarcó Cristina Kirchner y advirtió que la salida de la crisis dependerá de «juntar el esfuerzo individual con el de millones en un proyecto colectivo, porque nadie se salva solo».
La actividad se realizó en la capital correntina, que según recordó la exmandataria fue la última provincia que visitó antes de ser encarcelaran y la limitaran en sus candidaturas, una circunstancia que fue remarcada por las organizaciones presentes para denunciar que «no hay democracia con proscripción».
En el mensaje, la jefa del peronismo aseguró que su situación judicial sintetiza el deterioro institucional y económico del país. «Sé que las compañeras allí reunidas bajo la consigna ‘Cristina Libre’ militan por nuestra libertad, y no digo mi libertad, porque no soy yo la única privada de su libertad en esta Argentina contemporánea», comenzó. Y agregó: «La libertad no es solo caminar por la calle: es poder decidir la vida que cada uno tiene derecho a construir con su trabajo en un país libre de verdad».
En esta línea, Cristina Kirchner consideró que hay argentinos que están privados de su libertad por tener «múltiples trabajos», «que tampoco pueden decidir nada» por las dificultades económicas del país, al tiempo que agregó que hay jóvenes sin empleo ni oportunidades educativas, a trabajadores formales que no llegan a fin de mes y a jubilados que deben elegir «entre comprar remedios o comida».

En el audio, la exmandataria también incluyó una reflexión sobre el ánimo social, al advertir que en la actualidad se vive «la libertad para la desesperación», con «la tristeza infinita que se adivina en los gestos de cada vecino» y consideró que «los argentinos están tristes».
La convocatoria en Corrientes reunió a distintas organizaciones políticas y sindicales que reivindicaron la figura de la exmandataria y denunciaron que la persecución judicial que enfrenta está atravesada por una perspectiva de género.
La «Plaza Cristina Libre» se desarrolló como parte de las actividades paralelas del Encuentro y funcionó como un espacio de expresión política, donde se escucharon los reclamos por la libertad de la expresidenta de la Nación. La actividad fue acompañada además por referentas partidarias y parlamentarias que se hicieron presentes para respaldar el pedido.
En el cierre de su mensaje, Cristina Kirchner destacó que la consigna del acto excede su situación personal. «Por eso, cuando dicen ‘Cristina Libre’ dicen también todo eso», concluyó, en referencia a las dificultades económicas, sociales y laborales que describió, atraviesan millones de personas en el país.

El mensaje completo de Cristina Kirchner
«¡Hola! ¿Cómo están todas? Quiero agradecerles a todas las compañeras que se encuentran reunidas en esa plaza en la provincia de Corrientes: la última provincia que visité antes de que me encarcelaran y proscribieran injustamente. Un saludo a todos los correntinos y las correntinas.
Se que las compañeras allí reunidas y convocadas bajo la consigna “Cristina Libre” militan por nuestra libertad. Y fíjense que no digo “mi” libertad: hablo de nuestra libertad. Porque no soy yo la única que está privada de su libertad en esta Argentina contemporánea. La libertad no es solamente caminar libremente por la calle. Sino también es poder decidir libremente la vida que cada uno y cada una tiene derecho a construir con su trabajo y su esfuerzo en un país libre de verdad.
Y todos sabemos que no estamos viviendo en una Argentina libre. Hoy hay millones de argentinos que también están privados de su libertad en un país endeudado e hipotecado, que tampoco puede decidir nada. Nada en beneficio de su pueblo, ¿no?
Hay miles de jóvenes a los que los han privado de la libertad de tener un trabajo digno porque no encuentran por ninguna parte. Miles de jóvenes que no tienen la libertad que tuvimos nosotros, por ejemplo, que pudimos elegir estudiar -aún cuando también trabajábamos- porque ni siquiera hay becas ni computadoras porque han desfinanciado la educación.
Están privados de su libertad millones de argentinos que pese a tener trabajo registrado no pueden llegar a fin de mes y cada vez se endeudan más y más y más.
Están privados de su libertad los que aún con múltiples trabajos tienen dificultades para hacer frente a todos sus compromisos y a la vida que tenían antes en la que podían darse gustos que hoy ya no pueden. Tampoco se puede vivir únicamente para trabajar y dormir y sobrevivir.
Están privados de su libertad millones de jubilados que tienen que optar por comprar remedios o comida. Porque como dijimos al principio la libertad no es solamente poder caminar por la calle. La libertad es poder vivir, no sobrevivir con la preocupación permanente y lacerante de que cada vez te alcanza menos y que no sabés qué te puede pasar mañana y que vivís con la espada de Damocles en la cabeza porque no sabés si vas a conservar el trabajo.
Cada vez tenés menos tiempo con tu familia, cada vez tenés menos posibilidades de futuro, cada vez tenés menos posibilidades de tener tu propia casa, un autito, o de irte una semana de vacaciones después de un año de laburo.
Esa es la vida que hoy tiene la inmensa mayoría de los argentinos, ni que hablar de los que han perdido el trabajo con el cierre de fábricas; comercios, empresas. Todos los días. Todos los días un comercio se cierra, una fábrica también.
Hoy vivimos la libertad para la desesperación. Libertad para la tristeza infinita que se adivina en los gestos de cada vecino; de cada argentino que camina por la calle. Me los cuentan los que aún pueden caminar por la calle: que la gente está muy triste, desesperanzada.
El otro día escuchaba a Rita Cortese, una querida artista argentina, que precisamente cuando un periodista le preguntaba acerca de cómo veía la Argentina decía esto: veo a la Argentina triste. Los argentinos están tristes. Y tiene razón. Por eso, cuando dicen “Cristina Libre” dicen también todo eso.
Que yo esté privada de mi libertad y proscripta es la metáfora perfecta y disciplinadora de una Argentina a la que la están liquidando las posibilidades de desarrollo y crecimiento económico. No hablo de ninguna frase rimbombante. Hablo de desarrollo y crecimiento económico razonablemente autónomo.
Este es el país que ni siquiera podemos tener. No es la primera vez que están intentando esto en la historia. Pero va a depender del esfuerzo y el trabajo que hagamos cada uno de nosotros y nosotras en convencer al resto de los argentinos de que se merecen una vida mejor, pero también decirles, sin autoindulgencia, porque tenemos la obligación de decirles también que deben tener claro que nadie les va a regalar una vida mejor.
Nadie nunca te regala una vida mejor. Depende de que vos seas capaz de juntar tu esfuerzo individual junto al de otros millones de argentinos y argentinas en un proyecto colectivo de país. Porque si algo hemos aprendido de nuestra historia es que nadie, absolutamente nadie, se salva solo.».
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