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Somos nosotras las que alimentamos al Pueblo

Por Rosalía Pellegrini (*)

(Coordinadora nacional de la Secretaría de Género de la UTT)

 

Hoy las mujeres trabajadoras de la tierra, productoras de alimentos, nos adherimos al paro internacional con la consigna “Si nosotras paramos, el pueblo no come”. Nuestra idea es visibilizar que detrás del alimento estamos las mujeres. Somos las que producimos el alimento, las que proponemos la agroecología como solución a la crisis agroalimentaria y las que también seguimos sin acceso a la tierra, sin recibir el reconocimiento desde el Estado para nuestras necesidades específicas de políticas públicas, aunque cada vez son más los casos de violencia en los espacios rurales.

 

Seguramente las horas de trabajo del varón en la chacra están contabilizadas y estudiadas, pero no contamos las extenuantes horas de trabajo en la casa ni la larga jornada de la mujer en el campo. La crisis económica también nos empujó al trabajo duro en nuestras quintas, en nuestras chacras. Ya no solo cuidamos que subsista la granja campesina, sino que salimos a buscar changas.

 

Somos las que levantamos los cajones pesados de verdura a la par del hombre, que trabajamos hasta 16 horas por día para cosechar y preparar la carga de verduras que llevan los camiones que casi siempre nos estafan o nos pagan monedas por nuestra producción. Somos peonas de nuestras propias chacras sin sueldo ni reconocimiento.

 

Un día como hoy también reivindicamos el hecho de que somos las mujeres las que estamos en el día a día resolviendo la economía cotidiana, respondemos todos los días en nuestros hogares a la pregunta ¿qué vamos a comer?, aportando soluciones de alimento verdadero, comida de verdad, producida por nuestras manos, de comida entregada solidariamente por otras mujeres.

 

En ese marco desde los gobiernos se sigue pensando la política pública para la asistencia alimentaria desde el empresariado, espacio conducido absolutamente por varones. En ningún momento cuando se piensa la política agroalimentaria estamos las mujeres como sujeto de decisión, no somos sujetas de reflexión, ni de pensamiento o aporte a una política alimentaria que alimente, no que genere negocios.

 

En estos días el Gobierno nacional se sigue juntando con sectores del campo concentrado, para tratar el tema de la inflación de los alimentos, el aumento de precios y la falta de acceso a la comida y nosotras decimos que no va a venir de ahí la solución a los problemas agroalimentarios en Argentina, la solución para que el pueblo coma de verdad.

 

Somos nosotras quienes podemos dar cuenta de lo que se trabaja, de los costos de producción, de las especulaciones del mercado, del sobreprecio a raíz de los intermediarios, del hambre que se vive en nuestros barrios. Y con ese conocimiento, también somos nosotras las que tenemos propuestas para lograr de una vez por todas en nuestro país que el alimentarse sea considerado como un derecho y no sólo como una mercancía. Somos las productoras quienes proponemos alternativas al modelo agroalimentario hiperconcentrado para que a la mayoría de la población les lleguen alimentos sanos, seguros y soberanos a precios justos.

 

La pandemia fortaleció a las corporaciones y el extractivismo. La agroindustria no nos alimenta y destruye cada día el medio ambiente donde vivimos, nuestros suelos y nuestros propios cuerpos. La inflación especula financieramente con lo que comemos. ¡Necesitamos un modelo agroalimentario con participación de las mujeres agricultoras, que garantice el acceso a la tierra ya!

 

Este 8 de Marzo, en nuestro día, con un paro internacional y verdurazos feministas por todo el país, volvemos a gritar juntas y unidas: ¡Basta de violencias! Agricultura con venenos es violencia sobre nuestros territorios. Si nosotras paramos no hay comida para el pueblo.

 

 (*) Secretaría de Género de la UTT (Unión de Trabajadores y Trabajadoras de la Tierra)

 



 

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