El papa Francisco recibió hoy en una audiencia al presidente de la República Democrática del Congo, Felix Antoine Tshisekedi Tshilombo, quien estuvo acompañado por una comitiva de 12 personas, entre ellas su esposa.
«Es un placer», le dijo en francés el Papa, sonriente y amigable, al jefe de Estado del Congo.
La conversación privada en el Salón de la Biblioteca duró unos veinte minutos, en presencia de un intérprete.
Al final, después de la presentación de la delegación, que incluía al Ministro de Relaciones Exteriores y otros miembros del gobierno, hubo un intercambio de regalos.
El presidente le dio al Papa una pintura grande y muy colorida de un artista local que representaba a la mujer congoleña y, en particular -le explicó-, «el dolor social de la población en la zona oriental del Congo, afectada por la guerra, pero también la esperanza, porque la mujer llora pero con los ojos alzados».
«Es agradable», comentó Bergoglio, también en francés.
El Papa, por su lado, le dio un medallón de la paz, y expresó un deseo de «un mundo de solidaridad y paz basado en la justicia».
El presidente congoleño dijo que reza «por el retorno de la paz en el Congo» y felicitó al Papa «por el esfuerzo por promover el diálogo entre las religiones».
«Todos somos hermanos», replicó Francisco.
En ese contexto, en el Palacio Apostólico del Vaticano, el cardenal Pietro Parolin, secretario de Estado, y el mandatario del Congo, intercambiaron instrumentos de ratificación del Acuerdo Marco entre la Santa Sede y la República Democrática del Congo, sobre asuntos de interés común, firmado en el Vaticano el 20 de mayo de 2016.
