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Una médica que reparte barbijos a chicos con cáncer denuncia que la Aduana retuvo envíos de Europa

Una ginecóloga de la ciudad bonaerense de Bahía Blanca que desde hace un año distribuye en forma solidaria barbijos para menores con leucemia y otras enfermedades denunció que desde diciembre pasado la Aduana le retuvo encomiendas con donaciones de más de 1.500 barbijos procedentes de Italia y Alemania.

La doctora Florencia Grosso distribuye estos dispositivos para chicos con leucemia y otras afecciones. Hace más de un mes que recibió dos encomiendas, provenienientes de Italia y Alemania, las cuales quedaron retenidas en el Correo Argentino ya que la Aduana sospechó que eran «para comercialización». Después de innumerables trabas, el proyecto solidario de esta bahiense se ve seriamente condicionado y sin vías rápidas de solución.

Florencia Grosso es una doctora bahiense que hace un año lleva adelante una encomiable iniciativa con la distribución solidaria de barbijos para chicos afectados con leucemia y otras enfermedades. Sin embargo, desde el pasado 3 de diciembre, alrededor de 1500 dispositivos protectores, procedentes de Italia y Alemania, quedaron retenidos en la sede local del Correo Argentino porque la Aduana no autorizó su entrega.

Esta resolución golpea a la solidaridad, afecta a los intereses de los más pequeños y a todas aquellas familias que no pueden costear estos barbijos.

La autora de este proyecto, explicó a Telefe Noticias los inconvenientes suscitados en torno la entrega de las encomiendas.

«Esto nace en forma personal, cuando yo viajé fuera del país y vi unos barbijos con dibujos y colores que creí que podían ser útiles para los chicos acá«, destacó Florencia.

Al principio la facultativa trajo alrededor de 600 que fueron donados al sector de Oncología del Hospital Penna.

«La repercusión fue bárbara porque a los días me llamaron ya que los nenes, además de ponerse el barbijo, no se lo querían sacar» exclamó.

La novedad fue tal que pronto se multiplicó por la incidencia de las redes sociales y debido al eco del cual se hicieron parte algunos medios.

provenientes de muchos puntos del país y también de otras latitudes, como en el caso de Italia y Alemania.

«Cuando yo me presenté en el Correo Argentino con la notificación que me llegó, me dijeron que no me los podían dar. Primero porque sospechaban que era para comercialización y después nos fueron pidiendo alguna que otra cosa, que fui llevando, y en la actualidad no sé que es lo que necesitan para darme esas encomiendas«, mencionó.

La negativa movilizó a Florencia, quien viajó a Capital Federal para apersonarse en las oficinas de la Aduana, y desde allí la derivaron a la Administración Nacional de Medicamentos, Alimentos y Tecnología Médica (ANMAT)

«Me dieron a entender que las donaciones no requerían autorizaciones. Cuando llegué acá y comenté lo que me habían dicho allá, ellos igual pidieron una autorización escrita de ANMAT», reveló.

El trámite administrativo que requiere el Correo reviste una complejidad mayúscula, dado que para obtener el permiso se necesita del número de lote y serie de cada material que contiene la encomienda.

«Nadie me abre los paquetes como para darme esos datos», argumentó la doctora.

Lo cierto es que por el momento, mil barbijos de origen alemán y otros 350 de procedencia italiana, aguardan en algún depósito de la empresa estatal encargada del servicio postal, y lejos están de quienes más los necesitan.

La obra de Florencia trascendió las fronteras locales y en provincias como Salta y Tucumán, han solicitado el envío de estos materiales.

«Si no recibo las donaciones, no puedo darle a los chicos que necesitan porque no se venden acá en Argentina«, justificó.

Los días pasan y las agujas del reloj, poco a poco, conspiran en el temor de que estas encomiendas sean regresadas a sus países de origen.

«Te puedo contar el caso de un papá que tenía un nene enfermo en Chaco, que estaba en Buenos Aires, y por medio del Club de los Peladitos me solicitaron barbijos y él no podía costear esos barbijos para su hijo. Como esos te puedo contar mil casos y es angustiante tener más de mil barbijos guardados en el Correo. Es no ponerse en el lugar del otro», aseguró Grosso.

Agencia del Plata

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