En Argentina continúa la violencia institucional, el gobierno de Milei vuelve a reprimir el reclamo de jubilados y a los trabajadores de prensa que registran el testimonio documental de los palazos y gases arrojados por las fuerzas de seguridad que responden al régimen. «La represión sobre la prensa es deliberada y dirigida: no quieren que estemos» afirman desde sindicato de Prensa de Buenos Aires.
La Iglesia Católica había advertido contra la represión a jubilados. En la previa, se hizo una misa ecuménica en la que sacerdotes de iglesias católicas y evangélicas denunciaron la violencia de las fuerzas de seguridad. «No puede ser que se siga atacando cada semana a las y los jubilados que están llevando adelante un reclamo justo”, dijo el padre Paco Olveira, que fue golpeado en las dos últimas marchas.
Referentes de diversas iglesias participaron de la misa ecuménica para denunciar el ataque sistemático a los adultos mayores. “Hay que avisarles a los efectivos que están acá que hay que seguir andando, no seguir gaseando”, dijo uno de los curas en referencia a una de las canciones que se entonaron durante la celebración. “Es importante que estemos acá con los pastores. Siempre se dice que hay que ser voz de los que no tienen voz, pero acá lo que hace falta son es tener oídos. Cuando vos ves a los corruptos que hoy no votaron a favor de los jubilados, el problema no es la voz sino es el dinero que te tapa las orejas y te endurece el corazón. Cuando eso pasa necesitamos un fibrilador urgente”, dijo Eduardo de la Serna, de Cura de Opción por los Pobres.
Además, el presidente de la Federación Argentina de Iglesias Evangélicas, Leonardo Schindler, denunció la violencia institucional a la que son sometidos las y los jubilados cada semana.
La movilización de jubilados fue nuevamente reprimida por fuerzas de seguridad federales. El operativo incluyó la participación de la Policía Federal, Gendarmería y la Policía de Seguridad Aeroportuaria, quienes desplegaron un fuerte cordón para impedir el avance de los manifestantes.
Durante la represión, se registraron incidentes violentos que incluyeron el uso de gases lacrimógenos y golpes contra los manifestantes. Entre los detenidos se encuentran los fotoperiodistas Tomás Cuesta y Javier Iglesias. Cuesta fue derribado al suelo, golpeado e inmovilizado con una rodilla sobre su cabeza.
La represión sobre la prensa es deliberada y dirigida: no quieren que estemos.
Detuvieron a los fotógrafos Tomás Cuesta y Javier Iglesias, afiliados a nuestro sindicato: exigimos inmediata liberación.
Entre los heridos, hay compañeros de IP y de La Nación+.
Lo dijimos: ¡BASTA! https://t.co/kcYiU1fO1M pic.twitter.com/KGApogK0NX
— SiPreBA – Sindicato de Prensa de Buenos Aires (@sipreba) May 21, 2025
Nuevamente, la prensa fue uno de los blancos del operativo ordenado por Bullrich; los trabajadores La Nación+ Pablo Corso y Diego Pérez Mendoza fueron heridos y a la cronista Lula Álvarez, de El Destape, la gasearon y golpearon en la cabeza con una tonfa. Además, detuvieron a los fotógrafos Javier Iglesias y Tomás Cuesta, que trabaja para la agencia francesa AFP y que fue liberado horas después por pedido de la fiscal Malena Mercurial. A la reportera gráfica Mariana Nadelcu le rompieron la cámara con la que registraba la represión. Mientras tanto, Iglesias junto a Leandro Nahuel Cruzado y Pablo Daniel Luna fueron trasladados a la alcaidía de la Superintendencia de Investigaciones Federales en Madariaga al 6900.
Todo en un miércoles, otra vez: buscan que nadie proteste más ni que podamos mostrarlo.
Después del decreto antihuelga, en la marcha de jubilados y jubiladas, la fuerzas represivas atacaron de nuevo directo a la prensa.
Mientras nos organizamos para cuidarnos, gritamos ¡BASTA! pic.twitter.com/CGN1IUja7q— SiPreBA – Sindicato de Prensa de Buenos Aires (@sipreba) May 21, 2025
El despliegue represivo arrancó cerca de las tres de la tarde y estuvieron todas las fuerzas: la Federal, la Prefectura, la Gendarmería y la Policía de Seguridad Aeroportuaria, que lanzaron gases lacrimógenos y golpearon con tonfas a los manifestantes en distintos momentos de la tarde mientras intentaban cortar las calles.
Los registros de la Comisión Provincial por la Memoria (CPM) indican que el saldo de la represión fueron 82 personas heridas, la mayoría de ellas con quemaduras en el rostro producto de los gases químicos. Incluso, una debió ser hospitalizada con un corte en la cabeza por un golpe de un efectivo de la Prefectura. También fue atacado Guillermo Lorusso, sobreviviente del centro clandestino de detención “El Vesubio” y fundador de la Asociación de Ex Detenidos Desaparecidos.
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